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Una gran telaraña en el ancho mundo
(Distribución de información y autoaprendizaje. Web)

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NO funcicona una dirección de Internet: ¿qué hacer?

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Las direcciones de Internet pueden fallar por muchos motivos.

 

1) La dirección no está bien escrita:

a) Evite cometer errores al escribir una dirección, y para eso lo mejor es no escribirla. Copie y pegue. Si la ve en un correo o un texto digitalizado, cópiela y péguela en un fichero con direcciones. Luego, cuando vaya a buscarla, copie y pegue desde ese fichero al navegador.

b) Evite distribuir direcciones con errores: si va a enviar una dirección en un correo (especialmente si va dirigido a una lista), no copie o escriba la dirección directamente en el correo: péquela en el navegador y cuando compruebe que la página se descarga, utilícela.

Atención a cambios cuando la página se descarga: a veces ciertas direcciones redirigen a otras. Cuando la causa es que se ha cambiado la ubicación de la página, aproveche para tomar nota de la nueva.

c) Corrija posibles errores en su página. Si aparecen caracteres especiales en la dirección seguramente son incorrectos y hay que eliminarlos. Por ejemplo, espacios (e.g. espacios al final de la dirección que se nos han “colado”), la “ñ”, cualquier carácter acentuado (habrá que sustituirlo por la misma vocal pero sin acento), … En ocasiones el navegador reconvierte esos caracteres a sus descripciones numéricas (el espacio a “%20”); esas descripciones sí que permitirían encontrar la página si es que realmente alguien ha sido capaz de colocar una dirección de Internet con espacios en el nombre (y hay quien lo es).

d) Recuerde siempre la estructura de una URL. Normalmente deberá comenzar por http:// (existen otros protocolos, pero la mayoría de páginas responden a esa fórmula). Luego deberá venir el nombre del ordenador que TIENE QUE ser, o una secuencia de cuatro números (cada uno entre 0 y 255) separados por puntos, o una serie de palabras separadas por puntos, sin espacios ni caracteres extraños (ahora sí, absolutamente) y que debe terminar por una definición propia de un país (es, ca, fr, pt…) o de un ámbito (com, net, org, edu …). A continuación vendrá otra barra “/”, seguida de los diferentes directorios y subdirectorios (separados por barras) hasta llegar al nombre del fichero. SI LA DIRECCION NO CUMPLE ESTOS REQUISITOS, MODIFIQUELA. 

 

Y siempre puede probar a añadir una barra al final, si la última palabra no contiene una extensión (como htm, html, etc.)

dirección que comienza con seguramente tiene (http). Una dirección que comenzara por seguramente al final del nombre del ordenador (horacio.amos.es).

 

2) La página ha cambiado de ubicación dentro del mismo servidor

Es una causa frecuente. Muchas veces cambia en el mismo servidor porque ha cambiado la estructura del sitio web. En ese caso lo mejor es ir quitando partes de la URL comenzando por el final (series de caracteres separados por la barra “/”). La primera vez seguramente quitaremos el nombre del fichero; las siguientes iremos quitando subdirectorios hasta quedarnos sólo con el nombre del ordenador. En ese proceso iremos recibiendo mensajes de “prohibido” (“forbidden”) o “No se encuentra” (“Not found”). En algún momento puede aparecer una página índice en la que, siguiendo el índice podremos volver a encontrar la página que buscábamos.

También es posible que la página índice incluya un buscador para el sitio: habrá que introducir algo así como el título de la página inicial, el autor, o algún otro dato (por ejemplo, el nombre del fichero).

Finalmente, la página-índice puede incluir un enlace al “mapa del sitio”. Quizás ese mapa nos permita encontrar nuestra página o un apartado en el que podría encontrarse.

 

3) La página ha cambiado de ubicación a otro servidor

Esto puede deberse a motivos burocráticos, técnicos o comerciales (alguien ha comprado el dominio). En algunos casos ni siquiera ha cambiado físicamente de ordenador sino solamente de nombre.

Una sugerencia es utilizar un buscador para tratar de encontrarla, bien por el nombre del fichero (o quizás incluyendo también el nombre del último directorio) bien por el nombre de la página. También puede introducir en el buscador (siempre entre comillas) alguna frase o serie de palabras correspondientes a dos frases, con unas 15 palabras del texto, si es que disponemos de él. Finalmente puede buscarlo por el nombre del autor. Aquí quizás le recomendamos lea otro apartado de este libro que le indica cómo encontrar un artículo determinado.

En algunos casos no es la única página que ha cambiado de ubicación. Si conoce o encuentra otra página que se encontraba en ese servidor y que ahora se encuentra en otro, puede probar a utilizar la misma combinación o bien a utilizar un buscador en el nuevo servidor para la página que a Vd. Le interesa.

 

Un último consejo, quizás lemas importante: si una dirección falla, lo mejor que puede hacer en muchos casos es tranquilamente dejarlo y volver a probar al día siguiente. Sólo si el problema persiste conviene comenzar a buscar alternativas. Piense que los servidores caen, la electricidad se va, los técnicos hacen mantenimiento de los equipos, los virus entran también en los servidores, alguien ha desenchufado el enchufe equivocado, …

 

 

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Necesito documentación sobre un tema. ¿Dónde, como buscar?

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Necesito información sobre un tema. Necesito documentos sobre un tema. ¿Cómo buscarlos? (En otro sitio se comenta como asegurar la calidad de lo encontrado).

 

1) Al igual que en otros problemas, lo mejor es prever el problema. Constantemente no llega información, por ejemplo, en mensajes a través de las listas a las que estamos apuntados. Una buena idea es preparar un pequeño fichero, sencillo, en el que pegar fragmentos de mensajes y poder añadir unos pocos descriptores. Tiene que ser algo que apenas nos ocupe medio minuto, por tanto algo sencillo. Copiar y pegar. Y no preocuparse mucho. Ahí queda eso. Un día necesitamos algo y probamos a ver si ha quedado registrado.

A diferencia de los favoritos o preferidos del navegador, aquí colocamos mucha información, información que en muchos casos quizás nunca lleguemos a consultar. Pero quizás algún día alguna de esas referencias nos harán falta. Si consideramos que una búsqueda en Internet desde cero puede llevar fácilmente un cuarto de hora, sólo con que aprovechemos una de cada 30 referencias ya compensaría el esfuerzo.

Hay que hacer notar que este trabajo comienza a ser valioso cuando llevamos un año guardando referencias.

 

2) El siguiente lugar donde buscar, y también se trata de algo que habremos preparado con anterioridad: los favoritos (preferidos, bookmarks) del navegador. En esos favoritos habremos preparado un apartado (carpeta) llamada “Referencias” que nos llevará a webs de documentación donde encontrar artículos o enlaces. Pueden ser bibliotecas virtuales, centros de recursos, webs institucionales, páginas personales, webblogs…

Dentro de la carpeta los favoritos los habremos organizado en subapartados si fuera necesario.

Un caso particular muy interesante: las listas de correo en Internet suelen conservar una página web en la que consultar mensajes ya emitidos. Tener esas direcciones en nuestros favoritos nos permite acceder directamente a ellas. Una vez allí utilizaremos la herramienta de búsqueda con el tema que nos interesa. Naturalmente lo lógico es que si nuestra consulta es sobre Educación musical recurramos a listas de Educación musical, aunque a veces hay otras que tienen una relación lejana y pueden darnos pistas.

En estas listas encontraremos mensajes que a su vez nos remitirán a direcciones de Internet donde encontrar documentos. Pero también pueden remitirnos a las personas que envian mensajes en los que vemos que tratan el tema que nos preocupa. Así que podemos escribirles directamente planteándoles una consulta precisa. Si su dirección de correo no aparece será necesario buscarla (ver otro apartado).

Si no conocemos ninguna lista quizás tengamos que ir a un buscar de listas. Rediris es muy importante pero existen otros que también están referenciados en otro lugar de este libro.

Naturalmente, este proceso es más lento que el punto 1 y puede llevar cierto tiempo. Pero si nos olvidamos de las prisas de este siglo y trabajamos rigurosamente podemos encontrar frutos increíbles.

 

3) La solución más utilizada son los buscadores generales y los especializados. En este momento son muy utilizados Google o Yahoo entre otros. Aunque seguramente cada uno ya ha desarrollado sus propias técnicas, estos son algunos consejos:

Comience realizando una búsqueda general. Pero si lo desea utilice una frase o varias palabras entre comillas para forzar la búsqueda a sentencias que correspondan exactamente.

Fíjese en el número de páginas encontradas. Si es muy elevado, y va a utilizar sólo una lengua, restrinja a la búsqueda a las páginas en ese idioma. Pero si es posible no utilice ese recurso pues incluso si sus conocimientos no son altos, existen traductores para esas páginas que al final sólo tiene que remitirle a la página donde encontrar el documento que busca.

Si el número de páginas es grande, utilice el botón “Restringir los resultados a la búsqueda”. Se trata de realizar una nueva búsqueda con otro término (o frase) pero sólo entre las páginas encontradas hasta el momento.

A veces puede utilizar términos ajenos para restringir las páginas encontradas, por ejemplo “.pdf” si deseamos documentos en este formato, o “universidad” si deseamos que sean páginas con alguna relación con una universidad, etc.

 

4) Un recurso poco utilizado son las bibliotecas. Las redes de bibliotecas públicas nos permiten buscar documentos en papel (a veces, también virtuales). Estos documentos pueden ser retirados o solicitados a través de la biblioteca de la red más cercana a nuestro domicilio.

Las bibliotecas universitarias son una fuente increíble de información. Se pueden encontrar a través de las webs de las universidades mismas. Y las webs de las universidades suelen estar disponibles desde alguna página ligada a los departamentos gubernamentales responsables de la Educación Superior.

Si la biblioteca es cercana podemos consultarla directamente. Si no, siempre podemos tomar nota del autor y el título del artículo o del libro. Ese nombre y ese título son a la vez puntos de partida para una búsqueda mucho más orientada y rápida. El nombre completo del autor (entre comillas) nos puede llevar directamente a su página web donde puede haber colocado alguno de sus artículos, quizás el que hemos encontrado referenciado en la biblioteca, o si no, otros relacionados con el tema que buscamos.

El título también nos puede llevar directamente al artículo si está en la web o a alguna página relacionada con ese documento o con el autor que a su vez nos llevará al artículo o a otro similar.

Si el autor tiene un nombre frecuente, podemos realizar la búsqueda con el nombre para luego realizar una nueva búsqueda por el título, restringida a los resultados obtenidos.

 

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Busco un artículo concreto: ¿estará en la web?

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A veces tengo la referencia de un artículo (título, autor, revista en la que se publicó) y lo desearía tener.

1) Buscar por autor o título

Podemos aplicar el método ya explicado en otra “pincelada” de este libro: buscar por título o autor e ir restringiendo la búsqueda.

Esto no nos llevará directamente al artículo pero nos puede llevar a la página web del autor en la que puede estar el artículo o un enlace o un artículo similar.

También nos puede llevar a páginas redireccionadoras de recursos y documentación en la que encontrar ese artículo o bien un artículo similar del mismo autor o de otros autores.

Hay que ser consciente que hoy en día un mismo concepto o idea suele ser explicado por muchas personas y varias veces en diferentes contextos.

 

2) Buscar por la revista que lo publicó

Si la revista que lo publicó tiene una web, es posible que sea accesible ese artículo, en ocasiones de modo gratuito. En general esas webs ofrecen el acceso al resumen del artículo. Para acceder al texto completo es posible que sea necesario pagar una suscripción. En todo caso, siempre es un recurso.

 

3) Buscar en listas de discusión

Es frecuente que los buscadores nos lleven a mensajes en listas de correo que comentan el artículo. Aunque la búsqueda se puede realizar directamente desde un buscador tipo Google, también podemos tener en nuestros favoritos las webs de listas dedicadas a nuestro campo. Esas webs incluyen buscadores para encontrar artículos

 

4) Contactar con el autor

Es posible escribir al autor del mensaje solicitándole si tiene una copia digital del artículo o sabe donde encontrarlo. Muchos autores no tienen inconveniente en distribuir copias individuales de sus artículos especialmente entre profesionales de la enseñanza. A veces no enviarán exactamente el mismo artículo sino uno similar.

Cuando se solicita la copia de un artículo directamente a un autor procure escribir un mensaje breve indicando en el primer párrafo de pocas líneas el interés que ha demostrado ese artículo y citándolo con la mayor precisión posible (título, revista donde se público, número, y año). Al final en otro breve párrafo indique quien es Vd. y para qué lo solicita.

 

 

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Pero la red tiene mucha basura: ¿cómo valorar si un texto tiene calidad?

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La respuesta está condicionada a una pregunta: ¿qué entiende por calidad? Puede parecer sorprendente pero muchas veces nuestros criterios de calidad son tremendamente subjetivos y están cargados ideológicamente. Por tanto valorar si un texto tiene calidad equivale a saber si la tiene según nuestros criterios. Es por tanto necesario encontrar referentes de calidad de acuerdo con nuestras propias ideas.

 

1) Referentes de calidad tradicionales

Es posible utilizar los referentes tradicionales:

  • conocemos al autor,

  • conocemos el sitio en el que se ha publicado (por ejemplo, determinada revista)

  • conocemos otros sitios en los que publica el autor

  • ha sido recomendado por algún crítico o especialista de nuestra confianza

  • está citado positivamente por otro autor de nuestra confianza

 

2) Búsqueda de referentes

En ocasiones el autor o la obra es completamente desconocida para nosotros. Lo más sencillo es utilizar un buscador con el nombre completo del autor (entre comillas). Esto nos puede llevar a su página web donde puede que encontremos su Currículum Vitae o bien otras publicaciones que (por su número, lugar de publicación o contenido) nos puede dar una idea de crédito que nos merece el autor. Si vemos que el autor ha publicado en determinada revista podemos llegar a la conclusión de que nos interesa o no.

Este sistema nos da otra información adicional: el número de páginas (ajenas al autor) en las que se habla de él o de su obra. Estas páginas además de darnos una indicación de su relevancia (numérica) nos aporta también la interpretación que otros hacen de lo que él escribe, y por tanto nos proporciona una idea de su valor.

 

Estos sistemas nos proporcionan una buena información. El punto 2 es importante pues Internet ha tenido dos importantes efectos en el mundo del conocimiento:

a) Se ha incrementado el intercambio de información hasta tal punto que hoy, cuando alguien formula una idea debe pensar que varios cientos de personas más en países muy diferentes están llegando a la misma conclusión. Esto quiere decir que se ha multiplicado el número de autores y obras y por tanto no siempre es fácil poseer un referente de calidad previo.

b) Es tan fácil acceder a documentos y autores tan lejanos que ahora es posible acceder a personas que sin Internet nunca habríamos conocido. Hasta los años noventa un estudiante podía citar un centenar  o dos de artículos y creer haber hecho una revisión bastante buena del tema cara a una tesis doctoral. Hoy sabe que siempre va a ser parcial e incompleta. Por tanto de nuevo aquí continuamente encontramos nuevos autores para los que necesitamos referentes de calidad.

 

Existen otra interesante problemática relacionada con este tema que no es posible tratar aquí. Pero todo esto nos puede ayudar a valorar la calidad del autor que leemos.

 

 

 

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Necesito un programa informático: ¿puedo conseguirlo gratis?

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Es posible conseguir programas informáticos gratis de modo legal y de modo ilegal. Aquí evidentemente nos vamos a referir únicamente al primer modo.

 

1) Freeware

Los programas gratuitos suelen denominarse freeware. La mayoría de estos programas son pequeñas utilidades que resuelven problemas específicos sin embargo también existen programas importantes en especial ligados al movimiento de OpenSource: en este movimiento los programas no son gratuitos pero están abiertos y es posible utilizar la fuente y realizar cambios; muchos además son gratis.

 

2) Shareware

Muchos de quienes trabajan desarrollando software desean poder compartir su trabajo pero también necesitan poder sobrevivir. Esto no es un problema para quienes compatibilizan su dedicación desinteresada con otros trabajos como docente o asesor informático. Pero otros necesitan ganar dinero aunque no deseen entrar en el entramado empresarial del software informático. Para ello distribuyen los programas gratuitamente pero invitando a realizar una pequeña contribución si el usuario considera que realmente es un programa útil. Son los programas shareware.

Aunque la mayoría tampoco suelen ser grandes programas, algunos son realmente importantes o útiles, por ejemplo para enviar faxes o grabar Cds.

A fin de estimular al usuario a realizar su contribución utilizan diferentes recursos:

  • Un rótulo que aparece al principio nos recuerda que podemos realizar ese pago (apelando a nuestros sentimientos solidarios).

  • Un mensaje que se graba en todos los documentos que se preparan con ese programa indicando que se está utilizando una versión gratuita y el nombre del programa (muy eficaz cuando el programa lo quiere utilizar una empresa o un profesional y cree que eso puede dañar su imagen).

  • Un mensaje que nos advierte de la posibilidad de recibir ayuda u otros beneficios si nos registramos pagando.

 

3) Versiones gratuitas y de pago

Algunos programas se ofrecen en versiones gratuitas o de pago. Las versiones gratuitas presentan alguna pequeña limitación no esencial o recurren a publicidad como es el caso de uno de los mejores programas para el correo electrónico: Eudora.

 

4) Demostraciones o versiones de prueba

Casi todos los programas ofrecen la posibilidad de descargar demostraciones o versiones de prueba. Estas versiones presentan algún tipo de limitación importante:

Sólo funcionan durante un tiempo limitado, por ejemplo un mes. No es una mala solución. La idea es que si al cabo de un mes nos parece útil no nos quede más remedio que pagar por el programa.

Otros eliminan prestaciones importantes, por ejemplo, te permiten utilizar el programa en todos sus aspectos pero no guardar los documentos que se preparan. Otros limitan el número de órdenes que puede aceptar.

 

5) Web especializadas en ofrecer programas compartidos gratuitos.

La forma más sencilla de acceder a estas webs es introduciendo alguna expresión como “programas gratuitos”, “software gratuito” o “softwarelibre” en un buscador convencional.

Las versiones demo se encuentran directamente en las propias webs de las casas comerciales.

Una gran parte del software más interesante está en Inglés y requiere realizar búsquedas en ese idioma. Son programas muy específicos que ofrecen prestaciones que algún tiempo más tarde incorporarán los programas tradicionales.

También suele ser  necesario en algunos casos un cierto nivel de conocimientos informáticos. La primera vez que uno trata de bajar un programa de Internet e instalarlo en el ordenador pueden pensar que es un proceso muy complicado. Pero en muchos casos la segunda vez ya no lo es tanto. Algunos programas requieren cambios en la configuración del ordenador que son no sólo complicados sino peligrosos si los realiza un no experto.

 

6) Virus

La instalación de programas es una acción peligrosa. Conviene instalar solo programas descargados directamente de webs que ofrezcan elevados niveles de confianza. Suele ser prudente probar estas descargas primero en algún equipo no esencial o que no contenga información esencial.

Aunque el siguiente consejo puede remitirnos a los consejos recibidos en nuestra infancia, no instale o ejecute nunca un programa recibido de un desconocido. Tampoco lo haga si se lo ha proporcionado un amigo/a pero no conoce quien es el autor del programa y tiene plena confianza en la fuente.

 

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Gratuidad, derechos de autor

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Este es un tema complejo que no tiene respuestas sencillas.

 

1) Límites a los derechos de autor

Los derechos de autor tienen que ser respetados pero acaban evidentemente donde comienzan los derechos de todos los habitantes de este planeta a una vida digna, lo que hoy incluye el acceso y el control sobre la información. Una persona por no poseer recursos no tiene porqué tener menos opciones para generar información, no tiene porqué convertirse en un receptor pasivo de los documentos (ideas, ideologías, información, …)  que generan otros.

 

2) Respetar los derechos de autor

Por otro lado, si un profesor pretende conseguir únicamente programas sin pagar, debería pensar cual sería su situación si tampoco nadie le pagara por dar sus clases. Evidentemente quedarían pocos docentes, absolutamente motivados, con otras fuentes de financiación o dispuestos a vivir de la caridad de otros. Esa es la situación de los desarrolladores de software que ven como el fruto de muchas horas de trabajo es utilizado por otras personas que no creen que deban realizar ningún pago por ello.

 

3) Derechos de autor, derechos de propiedad

En muchas ocasiones no se paga a los autores sino a los propietarios que han pagado una cantidad determinada al autor y ahora venden el programa haciendo negocio de ello. Como todo intermediario recibe un beneficio por su trabajo, beneficio que en ocasiones es desproporcionado comparando lo que cobra el autor y lo que paga el usuario. Tienen derecho a un beneficio proporcional a su trabajo, beneficio que les permita vivir en condiciones similares a todos los protagonistas de esta historia, beneficio que se justifica por su trabajo que consiste en hacer llegar a los que necesitan lo que otros han preparado. En ese camino añaden beneficios adicionales como sistemas de ayuda, mejorar el interface o facilitar el uso del programa o su instalación.

 

4) Derecho de copia

Una directiva europea reconoce el derecho de copia privada tanto para el software informáticos como para otros productos sometidos a la propiedad intelectual. Esa copia está autorizada cuando se realiza de modo privado para uso privado aunquje también se contemplan dos situaciones especialmente interesantes: el uso educativo y el uso investigador.

Sin embargo esta directiva está condicionada a la legislación que finalmente decide cada país. Al igual que otros temas legales relacionados con Internet, la jurisdicción responsable es objeto de discusión por lo que una acción legal en un país puede no serlo en otro.

 

5) El respeto mutuo entre usuarios y proveedores

Los usuarios deben respetar los derechos de los proveedores de software. Este es un aspecto que no debe ponerse en duda, sujeto naturalmente a los límites que impone la justicia social y el problema de las desigualdades en el mundo.

Pero los proveedores de software encontrarían una actitud mucho más colaboradora entre los usuarios si ellos también hicieran gala de un respeto recíproco. Es difícil respetar a una empresa que cada año saca una versión nueva del programa, con unos cambios que no justifican la necesidad de esa versión nueva, con un coste muy elevado de modo que hace difícil amortizar su compra excepto para los usuarios que utilicen mucho ese software, y que introducen cambios que fuerzan a los usuarios a cambiar de versión si desean poder seguir intercambiando documentos.

Tampoco merecen mucho respeto las empresas que crean programas y los traducen sólo a las lenguas que les resultan más rentables, pero no facilitan o permiten que usuarios individuales realicen esas versiones traducidas.  El respecto a la diversidad cultural es algo que tienen que aprender algunas de las empresas de software.

Quizás el problema principal radica en la creencia por parte de esas empresas (además de muchos políticos e incluso ciudadanos) de que el criterio económico es el único o principal que debe prevalecer en la sociedad actual. Lamentablemente para ellos, ni ése es el único criterio ni una parte importante de la población está dispuesto a aceptarlo.

 

 

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¿Hay alguien ahí que tenga mi mismo problema?

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La preocupación principal de un docente no es (no debería ser) el software sino su acción docente. Curiosamente este es un aspecto en el que Internet ofrece realmente una gran ayuda y, en general, sin costos. En otro apartado se comenta como encontrar recursos específicos. En este apartado se habla de la posibilidad de contactar con otros profesores y profesoras que trabajan como nosotros, han tenido nuestros mismos problemas y están dispuestos a compartir las soluciones que aplicaron.

En muchos casos su trabajo se traduce en proyectos que están descritos en Internet, en ocasiones acompañados de los recursos que desarrollaron o utilizaron: guías, actividades, contenidos… Son pequeños “objetos de aprendizaje” y “descripciones docentes” que nos pueden ayudar. Pero, ¿dónde encontrarlos?.

 

Las webs propias de las escuelas ofrecen hoy un extraordinario abanico de experiencias, ideas, y sugerencias para la acción docente. Para llegar a esas webs podemos utilizar un buscador cuando tenemos un objetivo muy definido. Pero si estamos más abiertos, podemos visitar las webs que aparecen relacionadas en las webs institucionales de los organismos oficiales de Educación (se relacionan en otro lugar).

 

También podemos entrar en contacto de otras experiencias educativas a través de las listas de discusión. En todos los casos es posible escribir directamente a los colegas pidiéndoles materiales que utilizaron.

 

Naturalmente, debemos nosotros también tratar de aportar nuestro grano de arena poniendo en Internet y compartiendo nuestras experiencias y los materiales que preparamos.

 

 

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¿Hay recursos gratis para mis clases?

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Internet es una fuente inagotable de recursos. Si un médico decía que no existen personas sanas sino sólo enfermos insuficientemente explorados, también podemos decir que no hay nada que no esté en Internet, sólo es que no hemos buscado lo suficiente.

 

Es obvio que no todo está en Internet, pero también que, si nos movemos en el ámbito de dos o tres lenguas mayoritarias (e.g. Castellano e Inglés) podemos encontrar infinidad de recursos aunque en ocasiones nos puede llevar un cierto tiempo. En otra “pincelada” se describen fuentes de recursos para los educadores en Internet. Pero no son las únicas. Estos son algunas de entre otras muy importantes fuentes.

 

1) Los profesores comparten. Los aficionados a Internet también comparten. Es frecuente que compartan incluso lo que no poseen (materiales de los que no son propietarios) incurriendo en una especie de piratería. Para encontrar algo que nos pueda servir y que un profesor ha puesto en Internet gratuitatamente (una animación, una película, una foto, una ficha, una guía de trabajo, una actividad…) podemos utilizar estos medios:

Las webs de los programas oficiales de Introducción de las Nuevas Tecnologías en la Escuela (que suelen tener accesos a los materiales compartidos por los profesores/as).

Los proyectos nacionales e internacionales y las webs que los coordinan.

Las listas de Internet, listas de correo en las que participan personas interesadas por la Educación.

Buscadores generalistas (Yahoo, Goggle, …)

 

2) Existen buscadores especializados. Buscadores de imágenes o de sonidos (Goggle)

 

3) Los sitios de instituciones (públicas y privadas) comparten. Biblioteca Virtual Cervantes, Museos, Webs municipales

 

4) Criterios de búsqueda en buscadores generalistas

 

 

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¡Es que mis alumnos se copian!

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Los profesores no son los únicos que encuentran lo que necesitan en Internet. Los alumnos también buscan en Internet y presentan trabajos copiados directamente de allí.

 

1) Un planteamiento positivo

Es bueno que los alumnos busquen información en Internet y sean capaces de valorarla, seleccionarla, estructurarla y crear algo propio. Deben descubrir el interés de todo esto lo que pueden conseguir fácilmente

 

2) Es posible detectar copias en Internet. Existen páginas especializadas y siempre se puede utilizar un buscador como Google y colocar entrecomillado un fragmento del texto.

 

3) Es importante educarles en la costumbre de citar y referenciar la documentación que encuentran. Este es un buen momento para iniciar una reflexión sobre el tema.

 

4) Esto no es un problema si realizamos un seguimiento continuo del trabajo y nos preocupamos más por el proceso que por el resultado

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