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Son sólo herramientas, ¡nada menos! 
(Procesadores de textos, gráficos...)

Los ordenadores son herramientas

 

Los ordenadores son herramientas. Profesores y alumnos pueden pensar en el ordenador como un facilitador en muchas de sus actividades corrientes. Desde hace unos años esta visión del ordenador se ha ido consolidando. Es lo que se llama aprender “con” el ordenador.

 

Los ordenadores se utilizan como herramientas que facilitan la expresión escrita; para ello se utilizan los procesadores de textos, programas que posibilitan la escritura en un ordenador. Estos programas se enriquecen con múltiples posibilidades cara a la presentación, pero también con herramientas como correctores ortográficos y sintácticos: bien empleados son una ayuda eficaz para el aprendizaje del alumno que, con su uso, mejora también sus propias habilidades.

 

Los programas de gráficos están permitiendo incrementar el número de mensajes icónicos en nuestras comunicaciones. Casi la excepción es hoy no encontrar un documento enriquecido mediante esquemas, diagramas, cuadros, imágenes, símbolos, etc. La manipulación de gráficos y fotos permite al alumno adquirir la conciencia de su propia capacidad expresiva y artística.

 

El tratamiento de la información se facilita a través de hojas electrónicas o de Bases de Datos, y al tiempo se abren nuevos campos: es posible almacenar más información, y acceder más rápidamente a ella. Una hoja electrónica u hoja de cálculo nos permite introducir números y textos en las celdas de una cuadrícula. También nos permite introducir fórmulas que colocan los resultados a partir del contenido de otras casillas. Relacionando unas casillas con otras podemos llegar a construir un sistema muy complejo que puede servir desde para llevar la contabilidad de una fiesta escolar a la de toda la escuela, para resolver un sencillo problema de tres operaciones o realizar simulaciones numéricas del mantenimiento de una estación espacial.

 

Las bases de datos deberían servir para que los alumnos pudiesen ir guardando información que deberían organizar de modo que luego puedan recuperarla. Bases de datos como FileMaker permiten definir fácilmente campos que contienen textos, números, dibujos o fotos, sonidos, vídeos, etc... Las bases de datos obligan a los alumnos a preguntarse sobre la naturaleza de los datos.

 

El ordenador facilita la comunicación con usuarios lejanos. Por ejemplo, si los alumnos de varios centros recogen información meteorológica a lo largo de un mes, pueden intercambiársela mutuamente con gran facilidad. Correo electrónico, tablón de anuncios, etc. son algunos recursos. Por otro lado nos permite acceder a Bancos de datos que proporcionan información actualizada sobre los aspectos más diversos.

 

El ordenador también se está convirtiendo en una herramienta eficaz en la expresión musical y en la creación de imagen animada. Numerosos programas permiten a los alumnos crear animaciones sencillas, series de imágenes acompañadas de sonido o editar vídeo. La edición de vídeo capturado con cámaras digitales e introducido en el ordenador directamente a través de una conexión FireWire será una de las sorpresas en la primera década del siglo XXI.

 

En una vieja encuesta recogida por Greenfield el uso de aplicaciones como tratamiento de textos, etc. en Enseñanza Secundaria representaba en Estados Unidos un promedio de 30 minutos por semana, frente a 17 minutos/semana dedicados a hacer ejercicios, lenguaje, y 11 minutos/semana para juegos didácticos. Únicamente el tema de la alfabetización informática ocupaba más tiempo: 55 minutos/semana.

 

El ordenador, esa caja, contiene muchas más herramientas. Algunas facilitan la gestión de centros, como programas contables y en general diferentes recursos que facilitan el trabajo administrativo. Otras herramientas están específicamente pensadas para la actividad docente: programas que permiten elaborar pruebas tipo tests, validándolos y fiabilizándolos. Hace ya casi 30 años que se están utilizando en España programas que facilitan la gestión de los informes de evaluación. Algunas bases de datos se diseñan específicamente para resolver problemas docentes, por ejemplo, bases bibliográficas o ficheros de alumnos. La elaboración de apuntes o materiales escritos se ha convertido en una tarea relativamente fácil con unos resultados excelentes gracias a programas de composición de textos, como el Quark o el PageMaker, etc. La elaboración de otros materiales didácticos, como transparencias, originales para diapositiva, etc. también se ha visto beneficiada de los programas de creación de gráficos.

 

La actividad investigadora educativa también encuentra en el ordenador una eficaz ayuda. Las técnicas cuantitativas disponen de paquetes estadísticos de fácil uso. La observación en el aula puede recurrir a programas que facilitan la codificación de observaciones registradas en vídeo. Las técnicas cualitativas pueden recurrir para su análisis a poderosos programas de gráficos que representan las series de datos observados. Los estudios de campo y las entrevistas se potencian si la información es introducida, tratada y recuperada mediante bases de datos.

 

Esta relación no es exhaustiva. Tampoco se explicarán todas las posibilidades presentadas. Pero sí puede facilitar al profesor la comprensión de una idea básica: las posibilidades del ordenador en la escuela no terminan con el Basic, el Logo, la EAO o la Inteligencia Artificial. En realidad, apenas empiezan. En este capítulo únicamente veremos algunas posibilidades didácticas de este tipo de programas, obviando las referencias a la Gestión.

 

 

El tratamiento de textos

 

Un programa de tratamiento de textos convierte al ordenador en algo parecido a una máquina de escribir, pero provista de unos poderosos recursos y una gran flexibilidad. La pantalla sustituye a la hoja de papel en blanco, y la imita. Algunas marcas suministran pantallas del tamaño de una hoja DIN A-4 real aunque la tendencia es hacia pantallas grandes que permiten incluso ver dos páginas simultáneas.

 

Los textos en pantalla pueden ser fácilmente corregidos, modificados, trasladados, copiados. Pueden, mediante ordenes sencillas, modificar su aspecto: letra negrilla, cursiva o itálica, subrayados, diferentes tamaños, etc. Los caracteres latinos pueden completarse con los griegos y con símbolos especiales como ©, ,,

 

A partir de un texto pueden elaborarse otros con modificaciones. A partir de una carta pueden enviarse 100 cartas personalizadas (mail merge), esto es, en cada una se nombre al destinatario y se incluyen párrafos especialmente indicados para cada uno, y diferentes o comunes a un grupo.

 

Los textos pueden ser impresos con distintos niveles de calidad, incluso con una calidad similar a la de los textos de imprenta..

 

Se pueden incluir gráficos, cuadros, esquemas, dibujos e incluso fotografías previamente digitalizadas. Mediante una orden podemos cambiar la presentación de la página, dividiendo el texto en dos o más columnas. Los márgenes pueden modificarse rápidamente sin tener que reescribir el texto; de hecho no hay que preocuparse de ellos pues el ordenador automáticamente cambia de línea al llegar al final de cada una; en ese momento es posible elegir de modo que el margen derecho quede como en una máquina de escribir, irregular, o como en un texto impreso, alineado.

 

Las páginas son numeradas automáticamente, comenzando en el número que deseemos. Un encabezamiento o un pié escrito una sola vez pueden aparecer a voluntad en todas o algunas páginas. La amplitud de los márgenes izquierdo y derecho pueden alternarse en las páginas pares o impares si así se indica al ordenador.

 

Títulos centrados y de gran tamaño, utilización de números romanos en la numeración de algunas páginas, creación de citas a pié de página que son numeradas automáticamente y que se sitúan, y sitúan el resto del texto, en el sitio correcto también de modo automático.

 

Una orden nos permite encontrar rápidamente todos los lugares en el texto en el que aparece determinada palabra, la cual puede ser sustituida por otra. Otra orden contrasta la ortografía de todas las palabras con la señalada por un Diccionario, permitiendo detectar errores. Incluso es posible recurrir a correctores de estilo que señalan posibles incorrecciones sintácticas.

 

Esta enumeración no abarca todo el abanico de posibilidades que ofrecen los programas de tratamiento de textos. Se pueden crear tablas y algunos programas incluyen recursos para hacer gráficos y diagramas. También es posible compartir un documento de modo que las correcciones y enmiendas aparecen indicadas adecuadamente con ayuda de colores de modo que podemos proceder a acatar o no las sugerencias que nos envían.

 

Evidentemente, estos programas son útiles al profesor para preparar sus documentos escritos, cartas, informes, etc. Pero, ¿y para el alumno?

 

Desde hace años existe más acuerdo en los efectos positivos del ordenador cuando se utilizan tratamientos de textos que en las demás áreas de utilización. Algunas dificultades como el que algunos alumnos no sepan utilizar los diez dedos en el teclado son relativizadas por ejemplo por Kurland que señala que escribir a dos dedos no es un obstáculo.

 

También se señala que estos programas poseen un marcado carácter individual. Sin embargo, el trabajo por parejas se ha mostrado beneficioso y la utilización de estos programas para la elaboración de documentos en grupo ha potenciado significativamente la cooperación en el mismo. Se señala que quizás la causa esté en que la pantalla del ordenador hace público lo que el papel mantiene más privado.

 

Pero ¿cómo y cuándo utilizar estos programas? Existen algunos programas educativos de ordenador que recurren a un tratamiento de textos y mediante preguntas estimulan al alumno a escribir una redacción. Aquí se van a señalar algunas aplicaciones de los programas de tratamiento de textos más convencionales.

 

El primer uso es, evidentemente, en relación a la redacción creativa. A ello contribuye la facilidad para experimentar con el texto, creando, modificando, moviendo, suprimiendo, incorporando, etc. Los alumnos pueden "jugar" con un texto, buscar combinaciones nuevas y sugerentes.

 

El segundo uso hace referencia a la revisión de textos. Los alumnos tienden a escribir una vez, en muchas ocasiones sin esquema previo, y casi siempre sin proceder a una revisión y nueva preparación del original. Esto, en efecto, lleva un excesivo trabajo cuando se encuentran saturados de otros compromisos. Sin embargo, cuando han tenido ocasión de revisar con ayuda de un ordenador, corrigiendo rápidamente los errores o deficiencias, los alumnos se han volcado en el proceso de depuración del texto. El feed-back sobre los errores gramaticales u ortográficos potencia la expresión escrita y eleva el nivel de la misma. El uso de diccionarios ayuda a mejorar la ortografía.

 

Existen muchas posibilidades para trabajos concretos. A partir de un texto con varios párrafos, los alumnos deben sustituir algunos de ellos empleando en cada caso al menos cinco palabras no presentes en el original y descartan, al menos, cinco palabras de las que entonces aparecían. En otro ejercicio, el alumno debe pensar títulos y subtítulos para todos los párrafos de un texto dado. Este ejercicio es, evidentemente, introductorio para la realización de resúmenes y esquemas y, por otro lado, desarrolla la comprensión lectora.

 

Jan Austin, una profesora de primera enseñanza en California, involucró a sus alumnos en el proyecto de escribir un libro sobre los nativos americanos. Los alumnos se entusiasmaron con la idea y durante todo el curso trabajaron en el libro, recogiendo información, organizándola, elaborando los textos, corrigiéndolos, etc.

 

El uso del ordenador no dispensa del esquema previo antes de escribir, de pensar. Pero ciertamente, permite comenzar a trabajar de un modo más directo, con la idea de que posteriormente depuraremos el material elaborado.

 

 

Las Bases de datos

 

Podemos pensar que una Base de datos no es sino un archivo o archivos de tarjetas. La mayoría de las bases parten de este supuesto. Así cada archivo se compone de múltiples tarjetas. En todas las tarjetas de un mismo archivo existen unos huecos a rellenar con información, por ejemplo, "nombre", "edad", "sexo", etc. Estos huecos se llaman campos.

 

Las Bases de datos de acceso secuencial o serie son aquellas que obligan a leer todo el archivo hasta llegar a la tarjeta o ficha que deseamos leer o completar. Las Bases de datos de acceso aleatorio son aquellas que permiten leer directamente la ficha que deseamos sin tener que hacerlo previamente con las anteriores. Las primeras son más lentas mientras que las segundas son más estrictas en la construcción de las fichas. Por ejemplo, una Base de acceso secuencial como el programa Microsoft File para Macintosh no necesita definir el número de caracteres de cada campo, los cuales pueden ser además imágenes o dibujos sin restricciones. Sin embargo, si trabajamos con muchas fichas, por ejemplo con 1000, la búsqueda de un dato puede ser relativamente lenta. Es más lenta que en las Bases de acceso aleatorio, pero es mucho más rápida de lo que nunca podría serlo una persona buscando manualmente en fichas de cartón. Con los actuales ordenadores este problema se ha reducido considerablemente.

 

Las Bases de datos relacionales son aquellas que permiten trabajar con varios ficheros estableciendo lazos de unión entre ellos. Veamos un ejemplo: en un archivo se conservan los datos y observaciones sobre los alumnos de Sociales o de Geografía; otro conserva esta información sobre los de Matemáticas; etc. Pero de todos esos alumnos poseemos la dirección y datos personales en un tercer archivo. Al "abrir" su ficha en el archivo de Matemáticas o Geografía automáticamente se abre la ficha correspondiente a su dirección en el archivo-base.

 

Los archivos creados con Bases de Datos poseen muchas características interesantes. Algunos programas ofrecen diversos niveles de acceso, protegidos en ocasiones con palabras-clave. Así, la consulta a determinados "campos" está disponible para todos; la consulta de ciertas informaciones queda reservada a otro nivel de usuarios; finalmente la modificación de los datos contenidos queda limitada a unas pocas personas autorizadas.

 

¿Para qué sirve que los alumnos utilicen Bases de Datos? Hunter señala tres aspectos: los alumnos aprenden un concepto fundamental como es el que los ordenadores son útiles en tareas que requieren grandes cantidades de información. También aprenden una aplicación concreta, las formas de uso de recuperación de la información en diferentes campos. Finalmente les acerca al impacto social, las razones que hacen aconsejable restringir la información, así como las ventajas y desventajas de sistemas concretos de recuperar información.

 

Sin embargo, la razón más fuerte es la siguiente: los programas de Bases de Datos son unas poderosísimas herramientas pero, al revés de los que pasa con los Tratamientos de Textos, en muchas ocasiones presentan cierta complejidad de uso, en especial si de se desea sacarles todo el partido posible. Por otro lado, su aplicación se extiende a todas las actividades humanas, profesionales o privadas. Posiblemente una gran parte del tiempo laboral del futuro se dedique al trabajo con sistemas de archivos informatizados, bien recuperando, bien introduciendo información.

 

Las actividades que los alumnos realizan alrededor de una Base de Datos son:

 

- Introducir información

- Organizar la información

- Buscar información

- Manipular la información

- Presentar la información.

 

Existen propuestas para introducir a estas actividades mediante fichas de cartón dotadas de agujeros y ranuras. Estas propuestas son especialmente adecuadas para alumnos con niveles inferiores de representación visual.

 

La introducción de la Información puede realizarse desde el teclado, bien datos reales, bien datos figurados. También es posible acudir a sistemas mecánicos de recogida de información. Algunos ordenadores más sencillos poseen puertas (conexiones) que permiten fácilmente crear dispositivos artesanos con esta función. En los modelos más potentes es necesario recurrir a cables y sistemas comercializados, desproporcionadamente caros.

 

La organización de la información es una tarea que se presta al trabajo en equipo y al ensayo con acierto-error. Sobre bases con pocos datos puede resultar un ejercicio enriquecedor a todos los niveles.

 

La búsqueda de información es la actividad más frecuente. Los alumnos ya realizan ésta en base a textos como enciclopedias. En Estados Unidos alumnos de Secundaria y Primaria utilizan sistemas de acceso a Bases bibliográficas y otras bases de consulta. En las universidades los alumnos que acuden a la Biblioteca usan terminales para acceder a los fondos bibliográficos en vez de los tradicionales ficheros. A falta de sistemas de conexión exterior es posible planear ejercicios elementales, como responder a preguntas inferenciales de Geografía con la posibilidad de recabar información de una sencilla base de datos contenida en un disquete y preparada por el mismo profesor.

 

Los profesores y responsables de programas informáticos deberían reflexionar sobre esto: es más importante para el alumno, tanto en su futuro profesional como en su realidad estudiantil, entrenarse en el uso de programas de Tratamiento de textos y Bases de Datos que en el desarrollo de programas en Basic o en Logo; además los beneficios para su desarrollo cognitivo posiblemente también sean mayores.

 

 

Las hojas de cálculo

 

Resulta ingenuo hablar de Hojas de cálculo cuando muchos profesores son reacios a dejar manejar la calculadora a sus alumnos. En ambos casos se trata de un error similar al que cometían hace años algunos maestros que no dejaban usar a sus alumnos bolígrafos (debían utilizar plumas o plumillas o lápiz).

 

Una hoja de cálculo es básicamente una gran hoja llena de casillas en las que podemos introducir número o funciones. Las funciones pueden relacionar valores de otras casillas y constantes. Las operaciones a introducir varían, incluyendo siempre las cuatro reglas básicas y una relación similar a una calculadora media. Además se suelen incluir funciones específicas, por ejemplo, la Media Aritmética, etc.

 

Trabajar con una hoja de cálculo obliga al alumno a organizar información, diseñar relaciones y analizar procesos matemáticos descomponiéndolos en sus partes.

 

Las hojas de cálculo permiten introducir en el diseño de programas de simulación. en la figura puede verse una hoja utilizada para calcular una anualidad de amortización. También funcionan como aproximación intuitiva a la resolución de ecuaciones.

 

Aún prescindiendo de lo dicho, las hojas de cálculo pueden sustituir a Bases de Datos numéricas e introducen en conceptos contables. Llevar las "cuentas" de gastos y entradas mediante una Hoja de Cálculo es una actividad adecuado para alumnos de 12-13 años y menos.

 

 

Gráficos generados por ordenador

 

La "tortuga" del LOGO permite dibujar. Esto es interesante por diversos motivos. Pero aquí no nos referimos a esa actividad, sino a la utilización de programas informáticos específicos para crear gráficos, programas que permiten dibujar en color o Blanco y Negro, e incluso realizar dibujos animados. También a los programas de retoque fotográfico que permiten manipular un dibujo o una foto creando una imagen totalmente nueva.

 

Es obvio que estos programas no sustituyen la actividad manual con pinturas o lápices. En cualquier caso no se pretende aquí polemizar sobre el tema. Pero hay dos hechos que no conviene olvidar. Los alumnos que en su futura vida profesional dentro de 10 ó 20 años necesiten preparar imágenes gráficas lo harán mediante equipos informáticos. Los alumnos que a ciertos niveles se sienten decepcionados de los resultados que obtienen en la creación de imágenes, también se beneficiarían del uso de estos programas.

 

Los programas de gráficos son básicamente de dos tipos: los que pintan mapas de puntos  y los  vectoriales. Los primeros dibujan puntos. Los segundos, objetos.

 

Ambos presentan herramientas similares: brocha, lápiz, selector, cuadrados/rectángulos, circunferencias/elipses, llenar de trama o color, etc. Pero una vez introducida una forma en un programa de mapas de puntos, esta pierde su carácter de objeto y pasa a ser un conjunto de puntos que pueden ser modificados individualmente. En un programa vectorial, la forma de un objeto que puede alargarse, contraerse, girarse, superponerse, trasladarse, etc. independientemente de las otras formas con las que se encuentre.

 

Una limitación de estos programas de gráficos es la "salida": las impresoras capaces de reproducir la paleta de colores que ofrecen los equipos actuales son caras. Y la grabación de la señal de vídeo en cinta magnetoscópica presenta problemas de definición y flicking. Así que al final tenemos un resultado que sólo es visible en la pantalla de un ordenador.

 

Estos programas pueden ser utilizados desde que los niños poseen suficiente control de sus manos como para manejar los dispositivos de entrada. En 1989 escribía que niños de 8 y 9 años habían utilizado este tipo de programas. Ahora es posible decir que también los niños de menos de 5 años han utilizado programas de dibujo como KidPix.

 

Los programas de retoque fotográfico permiten alterar completamente una fotografía. Los alumnos comienzan haciendo desaparecer elementos de la foto, por ejemplo, coches que molestan la imagen como en la figura. Posteriormente se trabaja en la creación de nuevas imágenes a partir de varias y entonces es cuando se entusiasman, cuando descubren la capacidad de construir mensajes visuales en función de los elementos que combinan en la imagen, como si estuvieran pintando un cuadro pero con representaciones fotográficas.

 

Las cámaras digitales son todavía caras pero simplifican la tarea de trabajar con fotos efectuadas por los propios alumnos. Además es fácil preparar representaciones virtuales con ayuda de QuickTime VR: una serie de 6 u 8 fotografías de un objeto nos permiten mostrar en la pantalla del ordenador ese objeto con la posibilidad de manipularlo y voltearlo. En un espacio, la misma técnica nos permite desplazarnos por él sin más que mover ligeramente el ratón. La Universidad de Zaragoza ha producido algunos CD-ROMs espectaculares como el del Parque Nacional de Ordesa.

 

 

Música desde la pantalla

 

Al igual que pasaba con los gráficos, también es posible crear melodías o ritmos desde lenguajes de programación, BASIC o LOGO. Sin embargo aquí nos referimos a programas específicamente de creación e interpretación musical.

 

Estos programas funcionan en ocasiones a través del teclado QWERT y en otras a través de un teclado tipo piano. También es posible controlarlos mediante el "ratón". Los programas permiten componer interpretando melodías y trabajando posteriormente sobre su transcripción al pentagrama, o bien escribiendo directamente sobre el pentagrama y escuchando los resultados.  Otros programas permiten crear diferentes efectos, combinar "voces", etc. Sin embargo los ordenadores más sencillos presentan límites en la riqueza de sonidos a reproducir. La posibilidad de trabajar con dispositivos MIDI convierte al ordenador en un equipo sin límites.

 

Algunos programas ayudan a comprender la naturaleza del sonido y la realidad física presente detrás de las armonías. En otros casos se trata de recursos que permiten al alumno explorar el universo musical sin pasar por los largos períodos de ejercitación necesarios para dominar un instrumento.

 

En los últimos años la música digital ha entrado en las escuelas, al menos en parte. Existen proyectos internacionales que aprovechan la capacidad de la música para comunicarse por encima de barreras idiomáticas.

 

 

La comunicación con otros usuarios

 

Tradicionalmente se ha estudiado la comunicación como una herramienta más. Sin embargo la importancia que ha adquirido en los últimos años la telemática, especialmente a través de Internet hace que este tema merezca no uno sino varios capítulos.

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